Para el mediodía llego a Punta del Diablo, lo primero que veo es un restauran con vista al mar y elijo parar ahí. El plato del día salmón a la plancha con vegetales, un manjar y sumando estar sentado en una terraza con vista al océano, este viaje lo disfruto a pleno.
Después a buscar un hostel, dejar todo y al agua que el día esta hermoso.
A la noche salgo por los bares que hay cerca de la playa a comer y tomar algo. Junto a mi mesa se sientan dos chicas, me pongo a charlar con ellas, son de Inglaterra y están conociendo Uruguay. Las invito con unas cervezas, con el dolor de ser mis últimos pesos (bueno mañana no almuerzo y listo). Estuvimos hablando hasta tarde, pero la inversión no dio resultado ja,ja,ja...
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