Después de desarmar el campamento, salgo rumbo a cruzar la frontera. Unos kilómetros y llego a la aduana argentina, tramite de por medio sigo adelante y llego al limite entre los dos países (ya estoy logrando mi primer cruce de los andes).
En la aduana chilena me hacen vaciar todas las alforjas (estoy con el tiempo justo para no perder la barcaza de las 10), guardo todo rápido y salgo a lo que me dan las piernas.
El paisaje desde la barcaza es increíble. Después de una hora y media de viaje llegamos al puerto, yo tengo que seguir hasta el próximo pueblo.
La entrada al pueblo es una bajada interminable en la que la bici llego a los 50Km sobre el ripio y cargada con las alforjas (pura adrenalina).
No hay comentarios:
Publicar un comentario